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Recorriendo el Niágara

El Niágara es una ciudad en Ontario, Canadá, en la frontera con Estados Unidos, países separados por las Cataratas.  Una serie de tres cascadas (Canadian Falls “Horseshoe Falls”, American Falls y Bridal Veil Falls) conforman las famosas Cataratas del Niágara, un maravilloso regalo de la naturaleza conocida a nivel mundial.

El sistema de rutas de bus para conocer más del Niágara

Las Cataratas del Niágara pueden ser visitadas durante todo el año, no importa si hay calor o frío, siempre es un espectáculo tener la oportunidad de admirarlas. En estas caídas de agua puedes disfrutar de sus vistas y actividades en todas las estaciones. verano, por los días calurosos es la principal temporada turística, así como casi todo el otoño y la entrada de invierno, cuando las Cataratas se ven hermosas con el hielo que se forma a partir de la neblina durante esta estación, y muchos aprovechan para visitar este espectáculo de la naturaleza. 

En esta pequeña ciudad también se celebra una gran fiesta de Año Nuevo con fuegos artificiales, y toda la época navideña se ofrecen actividades en el interior y al aire libre. Ya al llegar la primavera poco a poco las flores van haciendo de la ciudad un magnífico ramillete en cuyo centro se encuentran las cataratas que despiertan el interés de locales y turistas. 

Las Cataratas del Niágara tienen un sistema de tránsito de autobuses para turistas llamado WEGO. Este sistema tiene tres líneas de colores con rutas que cubren: todo el centro hasta las principales atracciones, la ribera del río hacia el norte hasta llevarte a atracciones como el Reloj Floral y finalmente la ruta denominada Lundy’s Lane, un distrito histórico que vale la pena conocer. Adicional hay una ruta que funciona solo desde abril hasta octubre que te llevará hasta Niagara on the Lake donde encontrarás la región vinícola.

 

En el Niagara también hay un ferrocarril inclinado que va desde el centro de Fallsview hasta cerca de Horseshoe Falls. Perfecto para aquellas personas que quieran ahorrarse la caminata. 

Un crucero que jamás vas a olvidar en el Niagara

Recorrido el Niagara

Las principales atracciones por las que viene la gente se relacionan con la exploración de la belleza natural de la región del Niágara. Por eso puedes empezar con un viaje en el famoso crucero Hornblower que te lleva a conocer de cerca las cataratas. Una vez que subes este barco, te colocas un poncho rojo (para distinguirte de los ponchos azules del crucero estadounidense llamado Maid of the Mist) y este te llevará a observar las cataratas Horseshoe o Canadian Falls que son las más conocidas y generalmente aparecen en los anuncios de publicidad cuando se habla de este maravilloso lugar. Estas están del lado canadiense que tiene la forma de «U”. Estos barcos tienen una plataforma superior donde podrás sentir todos los elementos de la naturaleza y la fuerza del agua (debes ir preparado para mojarte). Si este tipo de experiencia no es lo tuyo, el crucero te ofrece una vista desde un nivel inferior del barco con asientos.  American Falls es la cascada que se encuentra totalmente en el lado estadounidense del río y la siguiente que verás en este recorrido, esta caída de agua tiene muchas rocas en su base. Finalmente, están las cataratas Bridal Veil que es la cascada más pequeña de las tres.

Desde el lado canadiense, puedes ver las tres cascadas perfectamente, pues hay una pasarela sobre la ribera del río, lo que te brinda diversos puntos de vista sobre todas las cataratas. Cerca de Horseshoe Falls, encontrarás el Centro de bienvenida de Table Rock y Journey Behind the Falls que son senderos que te permiten acercarte y sentir las cataratas como si fuera lluvia en tu cara.

Para bajar a los barcos, puedes dar un paseo en el Funicular Niagara Hornblower, construido originalmente en 1894. Una vez en la parte inferior, hay un gran patio junto al río donde puedes disfrutar de una bebida o un refrigerio mientras aprecias las cataratas y ves los cruceros emprender su aventura.

También puedes caminar por detrás de las cataratas Horseshoe Falls a través de túneles que serpentean detrás de las estruendosas cascadas. Desde allí, puedes subir a las plataformas inferiores, con el poncho de lluvia puesto, por supuesto, para acercarte a la acción.

Este es apenas un abrebocas para que te animes a visitar las Cataratas del Niágara, probablemente solo un día no será suficiente, lo bueno es que allí encontrarás hoteles fantásticos, casinos y diversión las 24 horas.

 

¿Te gustaría conocer qué otras atracciones esconde el Niagara? 

 

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