Visitar la ciudad de Quebec es hacer un recorrido por la historia canadiense, que no te debes perder. Los europeos llegaron a estos territorios en 1535, cuando era un poblado hurón llamado «Stadaconé», quienes utilizaban palabra «Kanata» que en iroqués, su lengua nativa, significa «pueblo» y en 1608 se fundó Quebec en el abandonado poblado hurón “Kebec” que en lengua iroquesa significa «donde se estrecha el río», aludiendo al río San Lorenzo, en donde encontramos a nuestra cosmopolita ciudad de hoy, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Por eso ir de paseo por Quebec, deambular por la metrópolis multicultural francófona, te ofrece vistas increíbles como la impresionante arquitectura que se encuentra en toda la Ciudad Vieja, como la fachada de piedra de la Catedral-Basílica de Notre-Dame de Québec, de la que se dice que es la parroquia católica romana más antigua de las Américas al norte de las colonias españolas en Florida y Nuevo México.
A la vuelta de la esquina te encuentras Auberge Du Trésor, una pintoresca posada y restaurante con un icónico techo rojo. No solo es un lugar popular para comer al aire libre, sino que también es un lugar excelente para observar a la gente a la antigua, junto al Auberge Du Trésor se encuentra la Rue Du Tresor, un encantador callejón que exhibe todo tipo de arte para leer y comprar. Si tienes suerte, ¡incluso podrás ver a un artista en acción!Aunque hay ciertos «puntos calientes» que debes intentar ver mientras deambulas, mi mejor consejo es que te tomes una tarde para explorar sin ningún plan específico.
Deambulando por Quebec
Realiza un recorrido gastronómico por Saint-Roch, sería un crimen no visitar el paraíso para los amantes de la comida especial para viajeros, visitantes y habitantes de Quebec, te sentirás en una película, en aquella escena culinaria de moda, con deseos de probar todo lo ves, recién preparado, en los restaurantes de Saint Roch: en una pequeña tienda quesos y carnes locales, en otra de preciosos mostradores, jugos de frutas y el delicioso jugo fermentado, hecho de una baya canadiense. También está Noctem, una cervecería local, prueba una deliciosa cerveza con ceviche de la casa; claro que después de haber probado un plato muy francés: los crepes dulces y salados, el mejor plato, el favorito de esta hermosa ciudad francófona.
Admira el Château Frontenac desde todos los ángulos, un castillo de cuento de hadas en el que podrás alojarte durante tu visita a Quebec. Fue construido originalmente por las compañías ferroviarias canadienses a principios del siglo XVIII, y en 1893 como hotel, desde entonces ha crecido hasta convertirse en el símbolo de la ciudad; tanto su interior como su exterior te van a sorprender, pues su arquitectura y estructura parecen el escenario de una fantástica historia de hadas, con sus rincones sacados de algún feudo europeo y ubicados en este mágico hotel donde pasarás la noche con príncipes y princesas que se juran amor eterno.
Vistas y arte callejero en una Ciudad de ensueño
Cuando estés en Quebec dejate llevar la fábula del mundo olvidado del pasado que aún está presente, donde el recuerdo del viejo continente sigue vivo a unos pocos pasos de la modernidad. Desde las vistas desde la terraza Dufferin, podrás observar el pasado y el presente, de la ciudad, son sobrecogedoras. La terraza Dufferin es el mirador más emblemático para contemplar toda la magia de aquel pedacito de Francia en Canadá. Aquí puedes relajarte en un banco o reunirte con amigos o familiares alrededor del monumento Samuel-De Champlain y disfrutar de las hermosas vistas y del sonido de los cantos de los músicos callejeros. Desde aquí también puedes tomar el funicular que une la ciudad alta con la ciudad baja, verás la antigua iglesia de Notre Dame des Victoires, el distrito histórico Quartier Petit Champlain, el puerto y el Musée de la Civilization.
Para terminar tu deambular, acércate al arte callejero local, debajo del paso subterráneo ubicado entre Rue Saint-Vallier Est y Rue Saint-Paul, prácticamente debajo de la carretera que divide Vieux-Québec de Saint Roch. Podrás apreciar pintura, oleo, acuarela, escultura, graffitis y murales coloridos representativos del arte urbano contemporáneo.
¿Te gustan las ciudades que te cuentan su historia?
¿Te interesaría conocer la historia de los pueblos originarios de Canadá?
¿Te imaginas cómo sería vivir en París?
