Si vienes a Toronto vas a ser parte de una de las ciudades más multiculturales del mundo, vas a ser testigo de un intercambio de culturas e identidades. Una de las comunidades más representativas en la ciudad es la Latinoamericana la cual representa el 1.3% de la población en la ciudad y el 20.6% de la población extranjera o de ascendencia inmigrante de habla hispana.

Uno de los mayores desafíos para los Inmigrantes, ya sean estudiantes, trabajadores, familias, turistas o viajeros fortuitos, es poder adaptarse a las costumbres canadienses y mantener su propia identidad. El lugar que debes visitar si estas extrañando tu tierra se llama La Plaza Latina

Aquí tendrás el deleite de probar en un solo lugar saltado peruano, un mondongo colombiano, un churrasco ecuatoriano, enchiladas mexicanas, empanadas chilenas, moros y cristianos cubanos, pupusas salvadoreñas, hasta jugos frescos de frutas tropicales que te hacen soñar con los jugos de la abuela.

También conocida como “El Mercado latino”, por su estética tradicional, que te hace recordar las plazas de mercado de antaño de países como Colombia, Ecuador o México, fue inaugurado en 1994 y este año es su aniversario número 27 haciendo felices a sus visitantes.

La Plaza Latina un punto de encuentro alrededor de la comida

El lugar es un mágico pasaje latino, en su interior encontramos una barbería y un salón de belleza donde te hablan en español y se especializan en tendencias traídas del Sur y Centro América. También puedes encontrar un centro odontológico y una casa de envío de remesas a los que puedes acceder después de disfrutar la comida.  

Este es un pequeño centro comercial o “Mall” que está ubicado en la intersección entre Jane y Finch al norte-oeste de Toronto en la región de Etobicoke. Es, además, un punto de encuentro de adultos mayores, se citan para desayunar o almorzar para añorar viejos tiempos.

Si decides visitar la plaza un fin de semana asegúrate de llegar muy temprano, las mesas no tardan en llenarse hasta su máxima capacidad y poco a poco el entorno se vuelve familiar, niños corriendo de un lado para otro, trabajadores aún con la ropa de su jornada, la familia que celebra el cumpleaños de la abuela o del nieto. Todo acompañado de esa música pegajosa, que los comensales cantan al son: salsa, merengue, cumbia, vallenato y hasta reggaetón. 

Para finalizar puedes endulzar el paladar con churros peruanos o chilenos, arroz con leche, alfajores, brazos de reina, humitas de chile, pastel de choclo y otras ricuras más, que hacen agua la boca de solo nombrarlas.